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LA NECESIDAD DE PERTENENCIA Y LA FORMACION DE GRUPOS

17.05.2017 11:31

Cuando Abraham Maslow estableció su teoría de las necesidades humanas, señaló como tercera necesidad en orden de prioridad la necesidad de pertenencia. Según esta necesidad el individuo una vez cubiertas sus necesidades básicas (alimento, cobijo) y de seguridad (protección, casa, trabajo), manifestará una necesidad de pertenecer a un grupo social, con el cual se identifique y se le identifique.

 

Como este mes de marzo en Valencia está determinado por toda la actividad fallera, me ha parecido interesante analizar la formación de los grupos sociales y su relación con esa necesidad de pertenencia a la que hacía referencia Maslow. Una falla, no deja de ser un grupo social que se organiza alrededor de una serie de objetivos, que son aceptados por todos los miembros del grupo. Pero lo que es especialmente interesante es preguntarse, cómo un determinado colectivo de personas se convierte en un grupo psicológico.

 

Desde la Psicología social se ha estudiado este fenómeno de la creación y desaparición de grupos sociales. En concreto Worchel y colaboradores han establecido, sobre sus investigaciones, un modelo que propone seis estadios que configuran el proceso de formación y desarrollo del grupo.

Los seis estadios que estos autores enumeran son los siguientes:

Primer estadio: Período de descontento, en este estadio, los individuos que acabarán formando un nuevo grupo, pertenecen a un grupo en el que experimentan un fuerte sentimiento de indefensión. Sus necesidades no son atendidas, la tasa de abandono del grupo es alta y la participación en las actividades grupales es prácticamente inexistente. No se percibe una oposición fuerte a la estructura de poder del grupo, pero sí se percibe descontento.

Segundo estadio: Suceso precipitante, proporciona la señal para la formación de un nuevo grupo y el abandono del antiguo. Este suceso precipitante sirve como símbolo de todo lo negativo asociado al grupo anterior y separa a quienes le siguen siendo leales de quienes propugnan una ruptura. En este estadio se abren expectativas de un cambio en la situación.

Tercer estadio: Identificación con el grupo, marca el inicio del grupo recién formado. Se establecen fuertes barreras frente a otros grupos. Por un lado, se fomenta la conformidad a las normas grupales, se censura cualquier divergencia dentro del grupo y se esperan muestras públicas de lealtad al grupo, por otro lado, se estimula la competición con exogrupos (grupos distintos al propio grupo, llamado endogrupo) y se restringen los contactos con los integrantes de esos exogrupos. La pertenencia al grupo adquiere un gran peso en la identidad del individuo. Es aquí cuando se cubren las necesidades de pertenencia expresadas por Maslow en su teoría.

Cuarto estadio: Productividad grupal, en este estadio los objetivos grupales son los protagonistas. Comienzan a surgir diferencias entre los integrantes del grupo de acuerdo con sus capacidades para llevar a cabo las tareas que permitirán alcanzar esos objetivos. Se admiten relaciones de cooperación con otros grupos si esto redunda en beneficio de la consecución de tales objetivos.

Quinto estadio: Individualización, la consecución de objetivos individuales adquiere preeminencia. Comienzan a surgir subgrupos. La actitud hacia los exogrupos cambia radicalmente: ahora se busca de manera activa una interacción cooperativa con ellos e incluso se exploran las posibilidades de entrar a formar parte de ellos.

Sexto estadio: Declive grupal, se caracteriza por la aparición de dudas con respecto al valor del grupo, la desconfianza que inspiran muchos miembros del grupo y las luchas entre subgrupos. Ya no se teme el rechazo del grupo porque en este estadio el grupo ya no resulta vital para el autoconcepto de la persona individual. Las personas del grupo que tienen habilidades que pueden ser apreciadas y valoradas por otros grupos son las que comienzan a desertar en primer lugar. Esta debilidad del grupo es percibida con claridad por los exogrupos rivales que intentan sacar partido de ella fomentando el abandono de los miembros.

 

Si comparamos la teoría de Maslow y los descubrimientos de Worchel y colaboradores, vemos que las necesidades de pertenencia, en un principio tienen peso específico para el autoconcepto del individuo, ya que presentarse como miembro activo de un grupo socialmente reconocido puede generar un “valor” añadido a cómo el sujeto se percibe, dicho en otras palabra, nadie quiere ser “el verso suelto” socialmente hablando. Sin embargo, como hemos visto a lo largo de los estadios, este peso específico en la fortaleza del autoconcepto puede llegar a decaer en el último estadio de la formación del grupo, cuando el individuo ya no se ve identificado con los valores del grupo, y donde prima la individualización frente a la pertenencia a ese grupo en concreto.

 

Que el ser humano es un animal social, es algo que está en la mente de todos. Formamos parte de una sociedad y sufrimos un proceso de socialización desde que nacemos. Pero lo que no nos enseñan en ese proceso de socialización es que el individuo puede cambiar de grupo tantas veces como quiera y este hecho no le va a presentar como un individuo incoherente, sino que, como hemos explicado, es un proceso natural en la formación psicológica de los grupos. Podemos cambiar nuestro grupo de pertenencia, ello posiblemente nos enriquecerá más como individuos, que si nos quedamos estáticos siempre en el mismo grupo, con las mismas personas y las mismas opiniones.

CUANDO LA FELICIDAD TE ENCUENTRA

09.05.2017 12:17

“La felicidad completa no existe”. ¿Cuántas veces habremos oído esta afirmación tan rotunda? Imagino que muchas. Cierto es que no está exenta de razón: la felicidad completa, entendida como algo que abarca todos y cada uno de los días de una vida, se nos hace difícil de imaginar que pueda existir. Hasta ahí estoy de acuerdo. ¿Pero qué falla en este planteamiento?. Falla, el hecho de suponer que la felicidad es algo que nos viene dado desde fuera y que no podemos generar desde dentro. Ahí está el error. Yo no creo en la felicidad como un “ente” ajeno a las personas y que viene administrado con mejor o peor criterio. Yo creo en que hay personas felices. Y creo que hay personas que tienen miedo a ser felices.

Porque la felicidad ha estado muy mal vista desde hace mucho tiempo. Porque cuando alguien afirmaba ser feliz, siempre había otra persona que le decía que aprovechara, que no iba a durar mucho, o aparecía otra persona que le preguntaba ¿qué pasa, que tú no tienes problemas?, o incluso venía otra persona y le decía, háztelo mirar porque eso no es normal.

Y es que durante mucho tiempo las personas felices han sido interpretadas como irresponsables, soñadoras, sin sentido de la realidad, infantiles o simplemente, trastornadas.

Porque, durante mucho tiempo, se nos ha dicho que venimos a esta vida a sufrir y que la vida es un valle de lágrimas.

Creencias. Y en este caso creencias erróneas. Las personas felices existen. Las personas felices están conectadas con una consciencia plena de quiénes son y de quiénes quieren llegar a ser. Las personas felices viven en el presente, ancladas a la vida a través de una inteligencia espiritual plena que les permite disfrutar del camino y del resultado. Las personas felices son más empáticas, con una capacidad de entender al otro superior a la media, y con una capacidad de sentir compasión y aceptación por los demás, fruto, precisamente de esa empatía. Las personas felices se aceptan a sí mismas sin condiciones. Las personas felices reencuadran los hechos de la vida, apreciando la intención positiva que hay en todo lo que les ocurre. Y esas personas existen.

Afortunadamente estamos en la era de la felicidad. El 20 de marzo se ha establecido como día mundial de la felicidad. Se organizan congresos del bienestar, donde gurús del pensamiento positivo, aportan su visión del mundo para conseguir desdramatizar la felicidad. Sorprendentemente, en un momento de crisis económica globalizada, un valor al alza es la felicidad.

Démonos cuenta de que a la felicidad no hay que buscarla. La felicidad hay que sentirla. Hay que ser felices y no conformarnos simplemente con estar felices en algunos momentos de la vida. Aprendamos a valorar todo lo que somos y toda nuestra experiencia vital. Valoremos nuestra personalidad, nuestra experiencia, aprendamos todo lo que podamos de vivencias y de personas para que podamos afirmar: YO TAMBIÉN SOY FELIZ.

ALEXITIMIA: EL ENEMIGO SILENCIOSO

05.04.2017 22:25

La alexitimia es un trastorno emocional que afecta a las personas de manera que no son capaces de conectar con las emociones propias ni con la emociones de los demás. Es decir, no reconocen las emociones que experimentan y no tienen la empatía suficiente para identificar las emociones que sienten los demás.

 

Las emociones juegan un papel fundamental en la vida adaptativa de las personas. Todas las emociones son buenas. Sentir alegría, sorpresa, miedo, tristeza o ira tiene  significado. Cuando sentimos estas emociones hay un correlato en las expresiones faciales que las acompañan y esas expresiones faciales son vistas por otras personas generando en ellas una reacción. Por ejemplo: si veo a un amigo con cara de tristeza, voy a reconocer en su rostro la emoción que está sintiendo, en este caso, tristeza. Esto me va a llevar a acercarme a él y preguntarle qué le ocurre. Ello dará pie a que se desahogue contándome el motivo de su emoción. A través de la emoción sentida y su expresión facial, la persona que sufría de tristeza ha conseguido apoyo social que le ayudará a aliviar su estado emocional.

 

Las personas que sufren de alexitimia, no son capaces de leer en los rostros de los demás las emociones que están sintiendo. De tal manera que no son capaces de ofrecer refuerzo positivo ni apoyo a los demás. Pero es que cuando ellos mismos experimentan emociones no son capaces de identificar lo que están sintiendo con lo cual no pueden autogestionar lo que sienten. Los alexitímicos se suelen percibir como socialmente incompetentes, con dificultades para la relación con los demás, para iniciar intercambios conversarcionales, y perciben, a su vez que estas relaciones sociales son complicadas y estresantes.

 

El tratamiento de la alexitimia es complejo. Hay que realizar un trabajo de psicoeducación muy importante para que la persona aquejada de alexitimia comprenda la entidad y complejidad de su problema así como la importancia de un gran trabajo interno que consiste en implementar en su vida diaria las estrategias y herramientas que vamos poniendo a su disposición. Además hay que complementar esta psicoeducación con exposiciones en vivo para observar cómo interactúa esta persona es entornos sociales y poder darle las instrucciones necesarias para ajustar su conducta. Para ello es muy útil la terapia de grupo.

 

Como vemos, este problema es un problema importante y desconocido. Mucha gente sufre de alexitimia y no es consciente de su trastorno debido a que su entorno, desconocedor de la existencia del mismo, ha minimizado la gravedad del problema bajo frases tipo “es que él/ella es así” “a su manera sí que siente lo que ha pasado”. Cuando esta clase de comentarios se repite podríamos sospechar que existe un trasfondo de alexitimia.

 

En conclusión: las emociones nos permiten conectar con nosotros mismos y con los demás, nos facilitan las relaciones sociales y nos ayudan a acceder a un apoyo social que nos resulta fundamental para superar las dificultades de la vida.

El Pensamiento Divergente

06.03.2017 10:57

Para desarrollar el tema del pensamiento divergente y su importancia y aplicación práctica, debemos partir de la pregunta ¿qué es el pensamiento divergente?

Nos quedamos con la siguiente definición: “El pensamiento divergente es un proceso de pensamiento de generar ideas creativas mediante la exploración de muchas posibles soluciones. El pensamiento lógico no sirve en lo absoluto ni existe esa palabra. Por contraste, el pensamiento divergente típicamente ocurre de forma espontánea, de modo fluido, tal que muchas ideas son generadas en una pequeña cantidad de tiempo y estas conexiones inesperadas son dibujadas en nuestra mente. Después de que los procesos de pensamiento divergente han sido completados, las ideas e información son organizadas y estructuradas usando pensamiento convergente.

Los psicólogos han encontrado que un alto cociente intelectual no garantiza la creatividad. En cambio, los rasgos de personalidad que promueve el pensamiento divergente son más importantes. El pensamiento es encontrado entre las personas con rasgos de personalidad tales como: inconformismo, curiosidad, persistencia y voluntad de asumir riesgos.”

Para entender este concepto, vamos a ver las características del pensamiento divergente:

1.- Es un proceso de pensamiento, es decir es una forma de pensar diferente

2.- Es un proceso de generación de ideas creativas, con lo que el pensamiento divergente está muy relacionado con la creatividad

3.- Mediante la exploración de muchas posibles soluciones, es decir, el pensamiento divergente nos permite plantearnos de base distintos enfoques o soluciones, variados frente a una misma situación o problemática

4.- Tras la creación divergente, se organiza y estructura la información creada mediante el pensamiento convergente, es decir, se analiza la información y se toma la opción más viable de todas las creadas (convergencia)

Ejemplifiquemos este proceso de forma sencilla para poder distinguir el pensamiento convergente del divergente: la convergencia es un recurso muy rápido del cerebro a través del cual frente a un estímulo (imaginemos la palabra “invierno”), lo asocia a su característica más sobresaliente: si decimos “invierno” la mayoría de las personas dirán “frío”. Sin embargo la divergencia nos permite ir más allá de lo obvio, más allá de esta asociación rápida, generando una variedad de conceptos relacionados con la palabra “invierno” que nos dará una visión más creativa, más rica de este concepto: “vacaciones”, “navidad”, “regalos”, “nieve”, “abrigo”, “abetos”, “sopa”, “manta”, “guantes”, “bufanda”, etc.

El pensamiento divergente, es especialmente importante en los procesos de toma de decisiones, en procesos de resolución de problemas y en procesos de creación de ideas.

El proceso iniciaría con una “tormenta de ideas” en la cual dejamos libre la mente para que traiga todas las ideas relacionadas con la decisión a tomar, el problema a resolver o la idea a crear sin juzgar nada de lo que venga (divergencia), una vez elaborada esta lista de divergencia, la sometemos a juicio, descartando aquellas soluciones inviables, imposibles o insuficientes (convergencia), reduciendo las posibilidades progresivamente hasta quedarnos con la solución más adecuada.

¿Cómo podemos entrenar el pensamiento divergente? Ante cualquier situación que precise una respuesta creativa, tenemos que apartar (dejar a un lado que no desechar por completo) la primera idea que nos venga a la cabeza, recordemos que esa es la solución fácil, la convergente, la que se le ocurriría a todo el mundo, y fomentar que el cerebro empiece a pensar otras opciones además de la obvia. Al principio puede resultar un poco complicado pero con entrenamiento conseguiremos ser cada vez más divergentes.

La importancia del pensamiento divergente radica en que vamos a ser más capaces de llegar a soluciones, decisiones o ideas más creativas, más elaboradas y más innovadoras. Además que cuanto más divergente soy, más divergente llego a ser, ya que cuando el cerebro aprende a “pensar fuera de la caja” cada vez le resulta más interesante explorar nuevas opciones y posibilidades, enriqueciendo nuestro pensamiento y nuestra creatividad.

Malditas campanadas

09.01.2017 12:20

MALDITAS CAMPANADAS

Iniciamos un nuevo año y ya, desde el minuto uno, nos sobran los motivos para indignarnos. Sí, os hablo de ese momento mágico de cambio de año, cuando suenan las campanadas de la Puerta del Sol y tenemos que ver esto:

 

Vamos a analizar las diferencias que nos presenta una imagen como esta y que van más allá del sentido estético de los responsables de ciertas cadenas de TV:

En primer lugar: Cristina Pedroche, como todo el mundo puede ver, una chica mona, joven, con buena figura y vestida con un BAÑADOR!!  Porque a mí me podrán decir lo que quieran pero esto no es un vestido ni de noche ni de cocktail ni de nada. No es un vestido, es un BAÑADOR!!.

A su lado, Chicote, de cierta edad, rollizo, canoso, pero elegantemente vestido con un smoking.

A esta pega se me podría decir que claro, que ella luce más, que es la parte femenina de esta pareja, que la han vestido para destacar… venga aceptamos barco….

En segundo lugar: No me escandaliza que a esta chica la hayan sacado en BAÑADOR!!, sino como se apuntaba en un artículo del Huffington Post, lo que me sacude el alma es lo que oculta este “vestido”: está ocultándolo TODO, y lo peor, a TODAS.

Chicote con su smoking, con su persona, no oculta ni su profesión ni su profesionalidad: un cocinero conocido, mediático, ¿Y Cristina Pedroche? Queda relegada a un trozo de carne bonito al que hay que enseñar, ¿y su profesión? ¿y su profesionalidad? ¿y la profesionalidad de miles de mujeres anónimas que seguimos luchando, nos seguimos indignando y se nos pone todo del revés con esta continua cosificación de la mujer?

Porque al final se trata del mismo triste tema: este BAÑADOR!!, no es más que otro obstáculo en el largo y penoso camino hacia la igualdad. Y digo camino, porque es donde estamos, en el camino hacia una igualdad que no tiene visos de estar al alcance en el corto plazo. Porque estamos instalados en la igualdad teórica, en la igualdad de escaparate, en la igualdad de la corrección política. Y nos están vendiendo esto como un gran avance social. Pero de mientras, seguimos muriendo.

No escandaliza que a Cristina Pedroche le pongan un BAÑADOR!!, que enseña más que tapa. Lo que escandaliza es que aún estemos así. Y si queremos ser puntillosos también podríamos exigir que al lado de esta chica tan mona, tan joven y tan bien terminadita, pusieran a un mozo de iguales características; o en su caso, que pusieran a Chicote en BAÑADOR también, si es que nos vamos a quedar en lo superficial.

Y si queremos bajar a lo profundo, señores responsables de Antena 3, les sugiero que el año que viene, le escojan a esta muchacha, o a quien la sustituya, un modelito de cualquiera de nuestros jóvenes o consagrados diseñadores (que hay muchos y muy buenos) y respeten a estas chicas que además de monas son profesionales de la TV y no las exhiban como atracciones de feria.

Estas actitudes fomentan y perpetúan los estereotipos de género, son micromachismos en forma de imágenes que, en apariencia, son inocuos, pero que en el fondo hacen mucho daño porque nos condena, a miles de mujeres, a la invisibilidad, al olvido, a la desaparición: si eres mujer tienes que mantener siempre un aspecto de 20 años, si aparentas más de esa edad, no te conviertes en “madurita interesante”, simplemente eres VIEJA. Y sin embargo, ahí tenemos a Chicote, como ejemplo de este micromachismo tan integrado en la sociedad: luciendo sus canas, sus kilitos de más, escudado en una profesionalidad que nadie discute (y menos yo!) y a pesar de todo esto, se le catalogaría de “madurito interesante” y nadie tendría redaños de decir que es VIEJO.

Quieran o no, para nosotras hay vida después de los 30, una vida mucho más interesante, rica y motivadora. Porque sobre todo a partir de los 40, nos liberamos de la esclavitud social, empezamos a pensar en nosotras mismas, a hacer lo que nos viene en gana, a no necesitar la aprobación de los demás. Somos mucho más libres, y con más experiencias vitales. Y cada arruga, cada cana, cuentan una historia, son nuestras cicatrices después de haber vivido muchas cosas, y de seguir viviendo.

Tenemos que seguir indignándonos con cosas como esta, y no cargar contra, en este caso, Cristina Pedroche, (que es lo fácil), ella, a fin de cuentas, está trabajando y le impondrán estas cosas como parte de su trabajo. Hay que cargar contra quien toma la decisión de condenar al exilio a las mujeres trabajadoras, madres, profesionales, responsables, escondiéndolas detrás de un BAÑADOR.

 Yo me indigno.

Artículo publicado en la edición digital de Los Ojos de Hipatia

Carta abierta a Donald Trump

16.11.2016 11:39

Sr. Trump:

Ya lo ha conseguido. Contra todo pronóstico, lo ha hecho, ya es Presidente de los Estados Unidos. Una parte de usted debe estar enardecida, borracha de éxito, desmesurada. Y cuando digo una parte de usted, digo bien, porque me estoy refiriendo a su ego, que ahora mismo debe ser gigantesco, y debe sentirse muy satisfecho. Porque ya lo ha conseguido. Es usted el rey del mundo. Porque de eso se trata todo este delirio ¿verdad?. Usted lo tenía todo, o mejor dicho, casi todo: es usted supermillonario, un superempresario de éxito, pero eso no es suficiente, nunca lo es. Después de crear su imperio empresarial hotelero, su ego seguía insatisfecho, y en una manifiesta demostración de su evidente misoginia compró el concurso de Miss Universo (algo repugnante, permítame el apunte, ya que ese concurso cosifica a la mujer y degrada su imagen). Y siguió sin ser suficiente. Entonces se introdujo más y más en el showbusiness, y cuando creyó estar en el zénit de su carrera empresarial, encarnando el sueño americano, se dio cuenta de que le faltaba algo: le faltaba ser presidente de los Estados Unidos, o dicho de otra forma el rey del mundo. Y ya lo ha conseguido. Ha conseguido su objetivo delirante de ser quien lo tiene todo, sin importarle las consecuencias. Como verá repito la palabra “delirante”, y es que lo suyo tiene nombre, Sr.  Trump y se llama Delirio de grandeza. Y su delirio lo convierte a usted en una bomba de relojería de dimensiones impensables.

Porque al fin y al cabo su carrera presidencial no ha sido más que el capricho de un rico. Porque si analizamos su perfil vemos que no tiene nada a su favor para ser el hombre más poderoso del mundo. Usted sabrá mucho de negocios, eso no lo dudamos, pero no tiene preparación política, ni ha desempeñado ningún cargo público. Y una empresa no es igual que el país más poderoso e influyente del mundo y no se puede gestionar igual. Y en el fondo usted, no es más que un vendemotos y eso es lo que ha demostrado durante su campaña electoral.

En campaña usted le ha dado al pueblo circo y les ha prometido pan (como en el Imperio Romano) y así ha podido atraer el voto de personas de entornos empobrecidos, con poco acceso a la cultura y con un sentido crítico  más  que dudoso. Y es que circo ha ofrecido usted de sobra, ahora, que ofrezca el pan prometido, eso está por ver. Porque para estas personas que le han honrado con su confianza en forma de voto, usted representa el “cambio”, lo que ocurre es que no son conscientes de que el “cambio” también puede ir a peor, y viendo sus promesas electorales, se les podría aplicar aquello de “virgencita que me quede como estoy”. Porque cuando usted, promete en campaña bajar los impuestos a las grandes fortunas y a las grandes empresas (que por otro lado, son las que pueden pagar impuestos sin que su economía se descalabre, que yo no digo que los asfixie, oiga, pero al césar lo que es del césar), no está calibrando que Estados Unidos no es la aldea de mi abuelo que se apaña con cuatro perras, su país, señor mío, tiene mucho gasto y de algún sitio habrá que sacar el dinero. Y si los ricos pagan menos, imagínese de dónde va a tener que sacar la diferencia, pues sí, Sr. Trump, la va a tener que sacar apretando a la emergente clase media y a las clases bajas, que se van a ver más empobrecidas de lo que estaban antes de su Administración. Y es que aunque usted esté prometiendo pan, créame, no va a atar los perros con longanizas. Y menos con medidas disparatadas que convencen y es lo que determinados nichos de población quiere oír pero que pierden de vista la realidad.

Usted, en su campaña de vendemotos, se ha presentado como valedor de las clases más necesitadas, pero cuando su señora esposa va a votar con un abriguito francés de más de 12.000 dólares, qué quiere que le diga, que no cuela. Y aún cuela menos cuando una de sus propuestas va en la línea de anular la reforma sanitaria del Presidente Obama. Si usted hace semejante barbaridad, va a dejar a 20 millones de personas sin cobertura médica. 20 millones de personas sin derecho a la salud. 20 millones de personas que, le aseguro, no tienen su fortuna para poder pagarse un buen seguro médico. 20 millones de personas son cifras de genocidio. Acabar con su cobertura médica tendría que estar estipulado como delito de lesa humanidad. ¿Y usted es el valedor de las clases más necesitadas? Usted está haciendo un chiste de la necesidad ajena.

Después de su “victoria” electoral han llegado los análisis, en un intento de explicar lo inexplicable. Y lo que me ha llamado la atención es el perfil de la mayoría de sus votantes: hombres, blancos, mayores de 45 años, sin estudios universitarios y de religión evangélica. Que Dios nos pille confesados: parece que los que le apoyan van en la línea del Ku Klux Klan y de los radicalismos religiosos. Orgulloso tendrá que estar de las personas que se identifican con usted.

Y es que usted es un pistolero, de los de primero dispara y luego pregunta. Usted llegó a decir que si iba por la quinta avenida disparando a la gente, aún así le votarían. No andaba desencaminado, porque ha obtenido el voto de otros pistoleros como usted. Y miedo me da la vida que a las minorías étnicas les espera a partir de ahora. Porque si hasta hace poco nos hemos escandalizado con la muerte de ciudadanos negros a manos de la policía, en ocasiones sin mediar ni un buenos días, cuando usted gobierne esto va a ser la veda abierta.

De verdad espero que no cumpla ninguna de sus promesas electorales. Si lo hace así nadie se lo tendrá en cuenta, se lo aseguro. Y espero que  las personas de las que se rodee tengan más formación política, mejores ideas, y mejor talante que usted, porque si no va a sumir a su país y por extensión al mundo en una debacle sin precedentes.

Déjese de muros con México, de medidas proteccionistas al libre comercio y zarandajas de éste o similar calibre, y dese cuenta de que no van con el sino de los tiempos. Que no hace falta retroceder sino avanzar. Y ya que su descomunal ego ya debe estar muy saciado, deje los delirios de grandeza a un lado e instálese en la responsabilidad que le corresponde.

24 horas después de su elección nos hemos desayunado con protestas en las principales ciudades de su país bajo el lema: NOT MY PRESIDENT. Hablamos de miles de personas que no se sienten representadas por usted. Y si usted tuviera un poco de vergüenza torera ante semejante reacción de su pueblo, debería dimitir, que aquí en España por menos hemos repetido las elecciones. Pero como vergüenza creo que usted tiene muy poca, solo confío en las personas que le van a rodear: que tengan más visión que usted, porque si no vamos apañados.

Me despido ya Sr. Trump, no sin antes encomendarme a todos los santos, y esperando que haya diferencia sustancial entre el Trump candidato y el Trump presidente, le deseo que sea capaz de responsabilizarse y de estar a la altura, y al resto del mundo que Dios nos ampare.

Artículo publicado en la revista digital Los Ojos de Hipatia

Dios nos salve de la Reina

16.11.2016 11:37

Hace unos días escuché una noticia que me generó bastante inquietud. Todos ya hemos oído hablar del “Brexit”, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y en principio, creo que nos extrañó poco y en principio, no parecía que iba a traer consecuencias catastróficas, ni mucho menos.

Pero la noticia que escuché hace unos días, me preocupó. Se trata de lo siguiente: el gobierno británico ha tenido la sorprendente idea de crear un registro de aquellos niños no nacidos en Gran Bretaña (¿no de pura cepa? ¿no “arios”?) pero residentes en ella, en el que se registre (valga la redundancia) el país de origen de esos niños y su nivel de conocimiento de la lengua inglesa.

Esto que, de entrada,  no parece más que un capricho gubernamental, a mí personalmente, me pone los pelos como escarpias, porque me planteo: Una vez tengamos a los niños bien censaditos y registraditos, con su número correspondiente y bien controladitos, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es la intención y el objetivo de tal registro? ¿les pondrán un brazalete con colores que indiquen su nivel de inglés o su país de nacimiento? O yendo un paso más ¿les tatuamos su número de registro para que se diferencien bien de los “buenos ingleses”?

Igual me estoy alarmando demasiado y ni se han planteado qué hacer con tal registro (que es lo más probable) pero la Historia nos ha demostrado que cuando alguien empieza a clasificar, numerar y registrar a otras personas, no suele acabar bien.

Es  más, lo que ha ocurrido, además de que los padres por ahora se han negado a semejante sinsentido, es que se ha sembrado el germen del miedo: esas familias que residen desde hace años en Inglaterra y que ahora reciben esta medida, tienen miedo a que se use para legitimar deportaciones masivas. Y digo yo ¿esto de verdad que a nadie le resulta familiar?. Y no es que acuse al gobierno británico de desarrollar políticas de corte hitleriano (dios me libre!) pero el que quiera entender que entienda… ¿o es que no conocemos el poder que tiene el miedo sobre las personas?

Lo que más me espeluzna de todo esto es que la medida ha ido dirigida a un colectivo especialmente vulnerable: los niños. Menos mal, que por ahora, como he comentado, los padres se han negado a cumplir esta medida y los centros de enseñanza tampoco se han posicionado a favor. Pero no me digan que la fórmula: censos de personas por alguna de sus características y el miedo a la deportación que esto ha generado, es de entrada preocupante y de finalización, peligrosa.

Lo que el gobierno británico no ha pensado es que a este juego podemos jugar todos los países, ya que en tiempos de globalización todos vivimos en el mundo y si nos ponemos más papistas que el Papa, podemos llegar a situaciones bastante grotescas. Y aunque el “brexit” parece haber despertado antiguas ínfulas imperialistas, repito que a esto podemos jugar todos. Yo por mi parte propongo al gobierno español algunas medidas equivalentes para los británicos que residen en España:

  • Para empezar, los jubilados ingleses que residan en España, yo propongo un registro en el que se refleje su estado de salud, las visitas al médico, las operaciones que le han hecho en hospitales españoles y gasto farmacéutico. Y cuando superen un número de visitas o un número de operaciones, pues se les deporta y que sea Gran Bretaña quien cuide de sus abuelos.
  • Continuemos con el producto más exportado desde Inglaterra a lugares como Magaluf o Calvià: los turistas de borrachera. Pongamos un “numerus clausus” de borrachos o de litros consumidos y cuando lo superen…. Deportados! Y que cojan sus “colocones” en Liverpool, que nosotros con los borrachos patrios ya tenemos bastante.
  • Y por supuesto, que a los hijos de la Gran Bretaña residentes en España, se les exija que hablen perfectamente la lengua de Cervantes, que aquello de “me, playa?” y que tengamos que entenderles e intentar hablarles en su lengua, se va a acabar: ¿no querías “Brexit”? pues toma dos tazas!

Evidentemente lo que propongo no tiene más intención que reflejar lo absurdo que puede resultar tomar medidas desproporcionadas y con objetivos como mínimo dudosos.

Espero que el gobierno británico recapacite, se deje de registrar y segregar a la gente desde que son niños, no produzca, con medidas como ésta, la generación de guetos culturales, y por extensión evite los posteriores delitos de odio que lamentablemente conlleva todo esto.

Y mientras tanto, que Dios nos salve de la Reina, que el “Brexit” promete traer cola…

Artículo publicado en la revista digital Los ojos de Hipatia

LAS QUE NACIMOS EN EL 72

03.10.2016 12:52

Las que nacimos en el 72 tenemos una historia de aprendizaje que nos ha hecho tener una visión del mundo especialmente divergente.

Las que nacimos en el 72 somos las hijas de la transición: con tres años vivimos el fin del franquismo, con seis vivimos la aprobación de la Constitución, con 10 años vimos la cazadora de pana de Felipe González,  y a partir de ahí no dejamos de vivir cambio tras cambio. Y eso nos ha marcado un pensamiento y un sistema de creencias elástico y adaptativo.

Nos educaron en colegios religiosos, de los cuales extrajimos todo el conocimiento que pudimos, y aunque nosotras aún fuimos de ir con flores a María los domingos de Mayo, con misas de capilla, también fuimos (y somos) peligrosas mujeres que leían (y leen) todo lo que caía cerca de ellas, y eso nos ayudó a pensar, a cuestionarnos el sistema de creencias en el que estábamos por inmersión, y empezamos a elegir en qué creer y cómo vivir. Y de aquellas niñas de colegio de monjas, salimos librepensadoras y libertarias, en el caso de mi mejor amiga, socialista de las de carnet, en mi caso, taoísta.

Nos dormían con cuentos de hadas y de príncipes azules, pero enseguida nos dimos cuenta del desteñido que producen, y después de sobrevivir a los chulazos de los ochenta a base de sentido del humor, subimos el listón. Siempre fuimos más del gracioso que del chulazo. No nos dejamos deslumbrar por caballeros de reluciente armadura y caballo blanco, nos hacía más gracia el de la Vespa negra. Y no necesitamos que nos salvaran, porque para eso teníamos a nuestra mejor amiga, que ya venía a darnos el respaldo que necesitábamos cuando nos rompían el corazón por sexta vez. Y seguíamos adelante, cada vez más sabias.

De nuestras madres aprendimos a cocinar, a coser, a “llevar casa”, y en ese aprendizaje, nuestras madres nos enviaron un submensaje rebelde y progresista, que sí que estaba muy bien aprender a “llevar casa”, pero “nena, tú estudia, ten tu carrera y ten tu autonomía”, y eso hicimos: y fuimos ingenieras, abogadas, psicólogas, maestras… y aprendimos de ellas la ternura de las emociones, y a estar conectadas a las personas, la responsabilidad y el compromiso.

De nuestros padres aprendimos a no ser como ellos, aprendimos a ser nuestra fuente interna de refuerzo positivo, aprendimos a vivir sin miedo, a arriesgar, a saltar con red, a cambiar, porque su inmovilismo fue nuestro movimiento, porque su necesidad de previsibilidad fue nuestra flexibilidad frente al cambio.

Las que nacimos en el 72 sabemos que todas las crisis pasan, pasó la de la reconversión industrial de los 80 y pasará la del 2016, por muy larga que se nos esté haciendo. Porque la historia de nuestras vivencias nos ha enseñado que todo pasa y todo llega, y de mientras hay que intentar disfrutar de todos los “algos” que nos ocurran en el camino. Porque también aprendimos a disfrutar del camino.

Las que nacimos en el 72 conocimos la fuerza de las personas, y organizamos sentadas reivindicativas y cortábamos carreteras en protesta por el estado de nuestro viejo Instituto, al más puro estilo Gandhi de resistencia pasiva.

Y nos adaptamos a la llegada de los ordenadores, y a la revolución tecnológica, a la llegada de los móviles, a la desaparición de las entrañables cabinas de teléfono. Y hoy tenemos perfil de Facebook, cuenta de Twitter y presencia en Linkedin. Quién nos ha visto y quién nos ve!

Y como dice el refrán “de aquellos polvos, estos lodos”, y ahora somos cuarentañeras (que no cuarentonas) que llevamos tomando decisiones sobre nuestra vida desde que, con 14 años, empezamos a cuestionarnos cosas, y a leer, y a reflexionar y a tomarnos la vida con humor.

Y cuando me siento un rato con mi mejor amiga, y pensamos en el punto en el que estamos, y miro a la gran mujer que tengo delante, no puedo dejar de creer que las que nacimos en el 72, gracias a todo lo que vivimos, a ser la generación de la transición, del cambio, de la adaptabilidad, de la divergencia, somos, en definitiva, una gran cosecha.

Artículo publicado en la revista digital Los ojos de Hipatia

EL DIA EN QUE WONDER WOMAN ENTRÓ EN LA CONSULTA

03.10.2016 12:50

El día que Wonder Woman entró en consulta, viéndola tan mona, tan alta, tan cachas, tan perfecta, no tenía ni idea en qué iba a poder ayudarla.

-Siéntate por favor, ¿cómo estás? ¿en qué puedo ayudarte?- le pregunté

- Estoy muy agobiada-me dijo

- Mujer, es que eso de ir salvando al mundo puede ser agotador

- ¡Qué va! Eso es lo de menos! Ojalá solo fuera salvar al mundo… -me contestó con aspecto de estar muy cansada

- Entonces… ¿qué te preocupa?

- No puedo con la presión –declaró- soy una mujer en un mundo de hombres, porque como verás hay más superhéroes que superheroínas, y cuando una llega donde he llegado yo, me encuentro que tengo que demostrar más que ellos, hacer más que ellos para que se me tenga en cuenta, porque, oye, a Superman lo conocen aquí y en la China popular, y ¿a mí? Pues no, se me empieza a conocer ahora o me conocen cuatro frikis y la mitad de las veces me tengo que oir ¿tú quién eres, la novia de Superman?, pues no!, no soy la novia de, es más no tengo que ser la novia de alguien para existir ¿verdad?

- Claro que no –le digo- tú eres tú independientemente de dónde estés o con quién estés

- ¡Pues eso digo yo! Pero no es solo eso, es que como todos los superhéroes tengo que llevar una doble vida, que no me quejo, eh?, que lo asumo, pero es muy cansino que mi vecina del segundo en cuanto puede me suelta aquello de “¿y qué los niños para cuándo? Que se te va a pasar el arroz!!”, y yo con eso no puedo, a ver señora! Que me paso la vida salvando al mundo ¿no es bastante?, y parece ser que no, y entonces me da por pensar y me agobio porque tengo la impresión de que no me organizo, que tendría que salvar el mundo, acabar a las 10 de la mañana para que me dé tiempo a ir al gimnasio, pasar por la compra, limpiar casa y estar perfecta por si a las seis de la tarde me llama Batman porque hay un alienígena tratando de arrasar con la humanidad…

- Espera, espera –le contesto- ¿De dónde sacas la idea de que tienes que hacer todo eso?

- Pues la verdad que no lo sé

-Sí lo sabes, piénsalo – la reto

En ese momento Wonder Woman se pone a pensar y después de unos momentos cae en la cuenta

  • ¡Ay! Pues va a ser que todo esto viene de mi vecina del segundo y de todas las cosas que la gente me dice!
  • ¡Exacto! – le digo­- te estás dejando llevar por la exigencia social. Al vivir en sociedad, la propia sociedad establece unos esquemas conductuales que parece que le dan coherencia a la propia sociedad, le da predecibilidad y genera una sensación de seguridad. Pero estos patrones sociales son alterables. De acuerdo en que de alguna manera, ayudan a generar paz social, pero no son el sancta sanctorum. Tú puedes hacer lo que quieras.

Al decirle esto veo que se queda pensativa, casi puedo oír los engranajes de su cerebro tomando consciencia de que efectivamente puede hacer lo que quiera, y orientar su vida de la forma que menos disonancia le provoque.

  • La pregunta del millón- le digo- Tú ¿qué quieres hacer?
  • Buena pregunta – responde- pero ahora mismo… no sabría decirte
  • Bien, no te preocupes, ese es el reto que se nos plantea. Tal como lo veo yo, tenemos por delante el trabajo de definir tus valores, fijar tus propias metas, establecer un plan de acción con conductas concretas que te ayuden a alcanzar tus objetivos y también trabajaremos el juicio y la aprobación social, para ayudarte a descubrir que sólo necesitas tu propia aprobación. Pero para ello debemos conseguir que te conozcas y empoderarte con tus valores y tus fortalezas.

Wonder Woman respira aliviada, me da las gracias y quedamos en vernos la semana próxima.

Cuando la veo salir, tan mona, tan alta, tan cachas, tan perfecta… y tan agobiada por la presión social, no puedo evitar pensar en esas otras Mujeres Maravillosas que crían a sus hijos, además de ir a trabajar, o en aquellas que trabajan duro y se encuentran con techos de cristal que nunca podrán atravesar, o en aquellas que hacen malabares financieros para llegar a fin de mes. Pienso en todas esas Mujeres Maravillosas a las que los esquemas sociales acaban por condicionar su vida, mujeres que son etiquetadas por no llevar la talla adecuada, por no tener la altura adecuada,  o por no ser lo rubias que “deberían” ser. Y pienso en esta esclavitud moderna que hace que muchas Mujeres Maravillosas acaben viniendo al psicólogo porque ya no son capaces de apreciar su propia Maravilla. Y me da pena. Y me da rabia. Y me alegro de haber estudiado Psicología para poder ayudar a esas Mujeres Maravillosas a empoderarse, a mirar a la cara de la sociedad y poder decir: “Esta soy yo. Tal vez no entre en vuestros esquemas, pero no me importa, porque Esta soy Yo. Y soy Maravillosa por quién soy y por lo que soy, y si no me aceptáis porque no cumplo con el esquema… vosotros os lo perdéis!”.

Artículo publicado en la revista digital Los ojos de Hipatia

PSICÓLOGAS MATTI AMELI Y MAR ORTIZ PREMIADAS POR EL FORO EUROPA 2001: MEDALLA DE ORO AL RECONOCIMIENTO PROFESIONAL

20.07.2016 11:20

El Foro Europa 2001 fue fundado por Jose Luis Salaverría Palanca el 8 de octubre de 1996 con la intención de crear encuentros para el intercambio y la divulgación de ideas, conocimientos, entre y con dirigentes de la vida empresarial, cultural y política.

Hoy figura como uno de los Foros de debate más importantes de Europa, habiendo realizado más de 80 encuentros, más de 700 reportajes en prensa , radio y televisión, y contando con las asistencia de más de 8000 personas.

El Foro Europa 2001, otorga dos reconocimientos de nivel nacional: La medalla de oro al reconocimiento profesional, que premia a ciudadanos profesionales siguiendo los criterios de territorialidad, profesión y trayectoria profesional; y el premio Ciudadano Europeo del año con el que se reconoce el esfuerzo en la construcción de Europa a distintas personalidades.

 

Este año en la categoría Psicología y Coaching, junto a otros Coaches de distintas partes de España, han sido premiadas Matti Ameli y Mar Ortiz, Psicólogas y Coaches que, desde su despacho en C/ Periodista Azzati, 5, 2º, 4 A de Valencia, ejercen la Psicología y el Coaching en consulta privada.

Matti Ameli, cuenta con una dilatada carrera internacional en el campo del Coaching empresarial, habiendo ejercido en Francia, Estados Unidos, y actualmente en España. Ha participado en varios Congresos Internacionales, el último en Granada en 2015, presentando un Simposio sobre la Integración de la Logoterapia, la Psicología positiva y el mindfulness con la Terapia cognitivo conductual. Logoterapeuta acreditada por el Instituto Viktor Frankl de Viena, ha colaborado con Frank Dattilio (Universidad de Harvard) en un artículo sobre la Integración de la logoterapia con la terapia cognitivo conductual que se ha publicado en la revista internacional Psychotherapy. También ha colaborado en la Revista internacional de Logoterapia escribiendo un artículo para la edición especial que se realizó en volumen histórico.

Mar Ortiz, ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la terapia psicológica, habiéndose especializado en la gestión del trauma con Brainspotting. Ha publicado un artículo sobre La integración de las submodalidades en el proceso de Brainspotting para la revista de la Asociación Española de Brainspotting (nº 5). Ha participado en el I Congreso Empresarial para la diversidad LGTB realizado en Madrid en junio de 2016. Integra en sus intervenciones psicológicas herramientas de Programación Neurolingüística, Eneagrama, constelaciones sistémicas y logoterapia. También es Coach de Habilidades comunicativas y cuenta con 20 años de experiencia docente en el ámbito empresarial. Siendo actualmente, docente colaboradora de varios Colegios profesionales de Psicólogos, entre los que destacan, Madrid, Valencia y Castilla-León.

Recibir la medalla de oro del Foro Europa 2001 ha sido muy satisfactorio, ya que supone un impulso para nuestra evolución como profesionales, así como un elemento motivador para seguir con nuestro proyecto profesional”, ha declarado Matti Ameli.

“Tenemos la gran suerte de trabajar en algo que nos apasiona, y que además un Foro ciudadano prestigioso reconozca nuestro quehacer profesional con un reconocimiento como éste, nos refuerza y nos anima a seguir adelante. Nos sentimos muy honradas y agradecemos al Foro Europa 2001 y a D. Jose Luis Salaverría, el que nos hayan premiado este año. Significa mucho para nosotras”, ha declarado Mar Ortiz.

Nota de prensa

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