Dios nos salve de la Reina

16.11.2016 11:37

Hace unos días escuché una noticia que me generó bastante inquietud. Todos ya hemos oído hablar del “Brexit”, la salida de Reino Unido de la Unión Europea, y en principio, creo que nos extrañó poco y en principio, no parecía que iba a traer consecuencias catastróficas, ni mucho menos.

Pero la noticia que escuché hace unos días, me preocupó. Se trata de lo siguiente: el gobierno británico ha tenido la sorprendente idea de crear un registro de aquellos niños no nacidos en Gran Bretaña (¿no de pura cepa? ¿no “arios”?) pero residentes en ella, en el que se registre (valga la redundancia) el país de origen de esos niños y su nivel de conocimiento de la lengua inglesa.

Esto que, de entrada,  no parece más que un capricho gubernamental, a mí personalmente, me pone los pelos como escarpias, porque me planteo: Una vez tengamos a los niños bien censaditos y registraditos, con su número correspondiente y bien controladitos, ¿cuál es el siguiente paso? ¿Cuál es la intención y el objetivo de tal registro? ¿les pondrán un brazalete con colores que indiquen su nivel de inglés o su país de nacimiento? O yendo un paso más ¿les tatuamos su número de registro para que se diferencien bien de los “buenos ingleses”?

Igual me estoy alarmando demasiado y ni se han planteado qué hacer con tal registro (que es lo más probable) pero la Historia nos ha demostrado que cuando alguien empieza a clasificar, numerar y registrar a otras personas, no suele acabar bien.

Es  más, lo que ha ocurrido, además de que los padres por ahora se han negado a semejante sinsentido, es que se ha sembrado el germen del miedo: esas familias que residen desde hace años en Inglaterra y que ahora reciben esta medida, tienen miedo a que se use para legitimar deportaciones masivas. Y digo yo ¿esto de verdad que a nadie le resulta familiar?. Y no es que acuse al gobierno británico de desarrollar políticas de corte hitleriano (dios me libre!) pero el que quiera entender que entienda… ¿o es que no conocemos el poder que tiene el miedo sobre las personas?

Lo que más me espeluzna de todo esto es que la medida ha ido dirigida a un colectivo especialmente vulnerable: los niños. Menos mal, que por ahora, como he comentado, los padres se han negado a cumplir esta medida y los centros de enseñanza tampoco se han posicionado a favor. Pero no me digan que la fórmula: censos de personas por alguna de sus características y el miedo a la deportación que esto ha generado, es de entrada preocupante y de finalización, peligrosa.

Lo que el gobierno británico no ha pensado es que a este juego podemos jugar todos los países, ya que en tiempos de globalización todos vivimos en el mundo y si nos ponemos más papistas que el Papa, podemos llegar a situaciones bastante grotescas. Y aunque el “brexit” parece haber despertado antiguas ínfulas imperialistas, repito que a esto podemos jugar todos. Yo por mi parte propongo al gobierno español algunas medidas equivalentes para los británicos que residen en España:

  • Para empezar, los jubilados ingleses que residan en España, yo propongo un registro en el que se refleje su estado de salud, las visitas al médico, las operaciones que le han hecho en hospitales españoles y gasto farmacéutico. Y cuando superen un número de visitas o un número de operaciones, pues se les deporta y que sea Gran Bretaña quien cuide de sus abuelos.
  • Continuemos con el producto más exportado desde Inglaterra a lugares como Magaluf o Calvià: los turistas de borrachera. Pongamos un “numerus clausus” de borrachos o de litros consumidos y cuando lo superen…. Deportados! Y que cojan sus “colocones” en Liverpool, que nosotros con los borrachos patrios ya tenemos bastante.
  • Y por supuesto, que a los hijos de la Gran Bretaña residentes en España, se les exija que hablen perfectamente la lengua de Cervantes, que aquello de “me, playa?” y que tengamos que entenderles e intentar hablarles en su lengua, se va a acabar: ¿no querías “Brexit”? pues toma dos tazas!

Evidentemente lo que propongo no tiene más intención que reflejar lo absurdo que puede resultar tomar medidas desproporcionadas y con objetivos como mínimo dudosos.

Espero que el gobierno británico recapacite, se deje de registrar y segregar a la gente desde que son niños, no produzca, con medidas como ésta, la generación de guetos culturales, y por extensión evite los posteriores delitos de odio que lamentablemente conlleva todo esto.

Y mientras tanto, que Dios nos salve de la Reina, que el “Brexit” promete traer cola…

Artículo publicado en la revista digital Los ojos de Hipatia