ORGULLO Y PREJUICIO

18.07.2017 20:25

Durante la última semana de junio y a primeros de julio se han celebrado distintos eventos con ocasión de la celebración del Orgullo Gay. Hemos podido ver distintas formas de celebración, entre ellas en Valencia pude participar de los eventos culturales que se organizaron en el Mercado de la Tapineria con tal ocasión, además de tener la oportunidad de conversar con distintas personas del colectivo homosexual, a cada cual más interesante.

Uno de los temas que surgieron fue la necesidad de que sigan teniendo lugar estas celebraciones del Orgullo gay, ya que uno de los argumentos esgrimidos era que los heterosexuales no se manifiestan por su opción sexual ni existe un día del Orgullo hetero.

Esta cuestión se conecta con una característica del ser humano que vive en sociedad: y es que el ser humano es prejuicioso. Y lo es como consecuencia del aprendizaje de estereotipos de género que va adquiriendo en su proceso de socialización. Efectivamente el proceso de socialización es una gran fuente de aprendizaje de conductas sociales adaptadas y aceptadas, pero también es fuente de aprendizaje de aspectos menos positivos como son los estereotipos y en concreto los estereotipos de género. Llegados a este punto, recordemos qué es un estereotipo: es un mecanismo de pensamiento que nos permite hacernos una idea general de un conjunto de elementos, sin tener que conocer todos los elementos de ese conjunto para saber cómo son. Imaginemos algunos ejemplos de estereotipo “geopolítico”: “los catalanes son tacaños”. Realmente no sabemos si todos los catalanes que existen en el mundo son tacaños o no, pero si tuviéramos que conocerlos a todos para llegar a esta afirmación, posiblemente nuestro cerebro no lo soportaría ya que se trataría de muchísima información para procesar. Estos estereotipos repetidos durante mucho tiempo, se convierten en elementos socializadores que el ser humano va aprendiendo a medida que va incorporándose a la sociedad y que va dando por ciertos a medida que los aprende. Estos estereotipos pueden ser la base para posteriores prejuicios ya que si no somos conscientes de que el estereotipo no es totalmente cierto y que admite excepciones, tenderemos a aplicarlos como auténticas realidades desvirtuando tanto la propia realidad a la que hacen referencia, como los elementos que pertenecen al conjunto estereotipado. Y de la conducta prejuiciosa a conductas despectivas, discriminatorias etc., hay pasos muy pequeños.

Y uno de los colectivos que más sufren (y digo sufren en presente y no “han sufrido” en pasado) las conductas prejuiciosas basadas en estereotipos, es el colectivo homosexual. No hay más que ver ciertos foros en internet donde se insultan, y se manifiestan comentarios malintencionados basados claramente en estereotipos de género. Eso como poco, ya que también conocemos de lugares en el mundo donde la homosexualidad es tratada como delito con consecuencias totalmente inhumanas.

Reflexionando sobre el estereotipo y el prejuicio, si nos volvemos a plantear la necesidad de que haya una celebración del Orgullo gay, hoy por hoy sigue siendo necesario, ya que hasta que no exista una normalización y aceptación social plena del tercer género, seguirá siendo necesario que se reivindique la visibilidad y la normalización de este colectivo.

Pero no es tanto que se reivindique durante un día, sino que si realmente queremos que la sociedad vaya cambiando estas conductas prejuiciosas, las personas concienciadas de la importancia de esta normalización, tenemos la responsabilidad de intentar influir en otras personas para que de forma molecular, se vaya instaurando una cultura abierta y normalizadora.

Si podemos influenciar aunque solo sea a una persona, ya estaremos cambiando el mundo, ya que esa persona a su vez influirá en otra y ésta en otra.

Cambiemos la sociedad influyendo en las personas que la componen.